Tuesday, April 9, 2013

No más víctimas


Yo quiero que en este país haya paz. Quiero que el país se reconstruya. Quiero que se acaben los odios. Quiero todas esas cosas que muchos quieren a su manera, y que son imposibles de medir, y por ende imposible saber si se logran.

En este momento en que existe un esfuerzo del gobierno (y supongo que de la guerrilla?) por lograr un acuerdo, hay una sola cosa que quisiera que logremos. Una cosa que además se puede medir: que logremos no crear más víctimas que sean parte de la lista de seres humanos que requieren reparación emocional, material, social, etc. Que acabemos con ese conflicto armado, y no porque alguno lleve la ventaja, o porque alguno de los bandos tenga la razón. Que lo acabemos porque ya murieron suficientes colombianos de lado y lado. Ya han llorado suficientes madres, padres, hijos y amigos. Ya se han borrado suficientes futuros. No podemos traer a las víctimas que murieron, y a las que sobrevivieron no podemos sacarles de la mente los recuerdos con sus horrores. Pero si podemos evitar más muertos y evitar crear más horrores y odios. A eso creo que hay que apostarle. Si eso se logra, habremos dado un paso gigantesco adelante.

Yo no he sido una víctima directa de ninguno de los bandos de este conflicto. Conozco casos de violencia de ambas partes, y tengo claro que nuestra realidad es producto de las buenas intenciones y de los pecados de ambos. Aborrezco muchas cosas de la Colombia actual que me podrían poner a defender tesis de cualquiera de los actores, pero nada de eso es suficiente justificación para apoyar que continúe la guerra. “En un conflicto ambos lados creen ser el bueno” dice una cita de un libro que no viene al caso, y que en este no pierde su validez.

Como no he sido víctima, no puedo imaginarme qué sienten ellas ante la opción de perdonar a quienes perpetraron delitos en su contra. Tampoco creo que sea justo que esos criminales no paguen de alguna manera por sus crímenes, pero empezar reclamando castigos sólo mira hacia atrás y no hacia el futuro que hay que construir. Construyamos. Con justicia, pero construyamos. Y dejemos de crear víctimas.

Yo quiero que los niños que hoy no tienen uso de razón nunca lleguen a ser conscientes que están inmersos en una guerra. Y sobre todo que nunca lleguen a ser más víctimas de este conflicto. Por eso creo que la paz hay que buscarla ya. Y como Colombiano estoy dispuesto a apoyar el proceso actual y a decirle: BASTA! A los señores de la guerra de lado y lado.

Thursday, March 21, 2013

De actos de fe y puntos de realidad




Una de las cosas que he encontrado más difíciles en este proceso de emprender es poner puntos claros que separen la fe de la realidad. Teniendo en cuenta que fe son un conjunto de creencias que tenemos y que no requieren comprobación y la realidad son hechos medibles, no debería ser difícil separarlas. Sin embargo, en la práctica, no es sencillo.

Yo tengo fe que mi visión del mundo se hará realidad. Hay muchos aspectos que no tengo claro como pasarán, pero en general creo en ese futuro donde las oportunidades existirán para todos, donde nuestro principal valor gire alrededor de saber utilizar, crear y co-crear conocimiento, y donde todo aquello que se hace mecánicamente lo harán máquinas. La creatividad y el ingenio son los valores agregados que los seres humanos traemos  al ecosistema en el cual vivimos.

Por otro lado, es claro que esa no es nuestra realidad. Vivimos un mundo donde la mayor parte de las personas se educan para ser elementos de producción de riqueza y bienestar para otros, donde los objetivos personales vienen prefabricados en un molde que refuerza ese modelo educativo, y donde la creatividad se le coarta temprano a las personas. El sistema económico refuerza esta situación, y para muchos el objetivo es acumular riqueza. Para qué? Hay que preguntárselo a ellos. Pero ese sistema económico es en el que nos movemos,  y por más rosa que sea mi visión del mundo, hay que sobreponerla sobre esa realidad.

Mi emprendimiento es una manera de avanzar hacia esa visión que tengo fe puedo construir. Sin embargo vive en una realidad diferente a la que quiero crear, y no es el terreno más fértil para sembrarlo. Muchos emprendedores escogen crear negocios sembrados en la realidad actual y de ellos sacan pingües beneficios. Otros creemos que lo que se debe hacer es cambiar la realidad y los beneficios vendrán como consecuencia. Ambos tipos de emprendedores son necesarios y admirables, pero yo creo que la trascendencia viene de cambiar la realidad. Para eso se necesita fe, pero también tener los pies sobre la tierra. Y eso no es nada fácil y menos cuando no se dispone de suficientes recursos.  Por ahora quiero dejar sentado que admiro a quienes tienen suficiente fe (locura?) para dedicarse a cambiar el mundo. No dejen de tener puntos de realidad, pero no se supediten a ella. Porque de hacerlo así no van a cambiar nada.

En este momento la fe es la que me sigue motivando a intentar mis objetivos. La realidad está empezando a tocar la puerta y a cobrar el cheque. Mi responsabilidad es poder mantener la primera hasta que la volvamos realidad, pero sólo mientras haya opciones reales de responder por los costos. Aunque esté construyendo una realidad diferente, esta sólo nace a partir de la actual. Nos guste o no. 

Saturday, February 16, 2013

Start-ups y habilidades tecnológicas


Está de moda hablar de emprendimiento en general. O bueno, eso creo yo que estoy metido en la mitad de esto. Probablemente para el resto del mundo es menos importante que Milán Piqué Mubarak (lo escribí bien?) o el meteorito en Rusia.  Sin embargo, el emprendimiento es el que mueve la economía; crea nuevas empresas, genera empleos, airea los sectores y genera innovación.  Sin emprendimiento (interno o externo a las organizaciones), la tendencia sería a la inercia y, eventualmente, al estancamiento.

Y hay emprendimientos que crecen a diferentes ritmos. Los tradicionales siguen una línea relativamente conocida (no por eso fácil), mientras que los emprendimientos dinámicos con base tecnológica (start-ups) tienden a generar el mapa del camino a medida que avanzan. Toman riesgos mucho mayores, con miras a alcanzar resultados excepcionales. Y en este momento el principal elemento que permite a éstos últimos emprendimientos tomar ese camino es la tecnología. Como nunca antes es posible iniciar proyectos de alto impacto con muy bajo capital e inventar nuevos negocios. Basta con tener una idea, pasión y capacidad de ejecución.  Y en esto último las competencias tecnológicas son fundamentales.

Sin embargo, las instituciones educativas en nuestro país no parecen estar generando líderes en desarrollo tecnológico. Es más, no hay interés claro del gobierno de apoyar este aspecto. Hay quienes argumentan que hay ejemplos de buen talento técnico, pero claramente son insuficientes para las necesidades del mercado, y aún más para tomar el riesgo que es hacer un start-up. Es más, me he encontrado con que varias personas responsables por ayudar a promover este tipo de iniciativas no ven la capacidad tecnológica como importante.

La competencia para los start-ups es global, no sólo local. Si queremos crear en Latinoamérica los Google o Facebook o Amazon del futuro –como lo vi anunciado en un evento hoy- tenemos que tener capacidad de desarrollo de tecnología de nivel mundial. Si no, simplemente vamos a copiar los modelos de otros. Rentable? Puede ser. Innovador? No mucho. Nos va a poner en la vanguardia? Nunca.

Friday, February 1, 2013

Emprender es para gente de carne y hueso


Hace mucho tiempo que no escribo en este blog. Falta de tiempo, probablemente es la principal razón. Sin embargo, hoy no voy a sacar la excusa. 

Hace un par de días me enteré de la muerte de Jody Sherman, el fundador de ecomom. No sabía de él antes, entiendo por lo poco que he leído que era un mentor activo en su comunidad y una persona que hizo una diferencia, además de dirigir un negocio exitoso. Coincidencialmente tuve una conversación con Vicky Ricaurte (UrGift.in, tienen que verlo) acerca de las dificultades de emprender. Y ella, coincidencialmente también, ese día encontró este post de Francisco Dao sobre "el Show", es decir la cara de eterno optimismo que hacemos los emprendedores cuando hablamos de nuestra situación (personal y de negocios). Yo lo he hecho muchas veces. No importa cuan difícil esté la situación, desesperado se vea el negocio, cercana a cero (o sobregirada!) la cuenta del banco, todo va bien, vamos para adelante, y "vamos dándole". Pero resulta que Mr. Sherman se suicidó. No tengo idea porque, y las razones son parte de la privacidad de la familia, pero me puso a pensar que nosotros somos de carne y hueso (obvio!, no?) y que vale la pena contar como es de difícil esto. No para desmotivar a nadie, sino para que no se crean las historias de telenovela que pintan alrededor de algunos emprendedores (alguien dijo Zuckemberg?).

En este post voy a hablar de los emprendedores que queremos crear soluciones innovadoras a problemas que vemos (que a veces existen y a veces no) y no de aquellos que replican modelos de negocio ya creados. No porque los segundos no sean emprendedores, sino porque las realidades son diferentes. En mi opinión los primeros enfrentamos unas barreras mucho más altas que los segundos para lograr el éxito. Porque para los primeros éxito normalmente no se mide en dinero. 

Yo quiero cambiar el mundo. Para muchos es un cliché, es una idea loca, es incluso motivo de burla. Pero es lo que quiero hacer. Yo me imagino un mundo diferente, donde las personas tengan oportunidades reales independientemente de donde han nacido, independientemente de a qué clase social pertenecen. Donde las oportunidades sean similares. Y quiero hacerlo a través de lo que creo que puede hacerlo, dar acceso al conocimiento y a la información. Pero imaginarse y tratar de crear ese mundo son dos cosas muy diferentes. Dudo que haya un inversionista que quiera ayudarme con eso. La gran mayoría de las personas creen que soy un iluso. Y a veces yo mismo me lo creo. Pero voy a seguir intentándolo porque quiero que mis hijas sepan que uno puede intentarlo. Y se imaginan si lo logro?

Este proceso ha sido complicado. He estado deprimido, solo, sin fuerzas, desmotivado, convencido de la estupidez de haber dejado atrás la vida que dejé, y con ganas -muchas ganas- de dejar todo tirado, de apagar la luz. Pero a mi me motivan mis hijas, mi responsabilidad con ellas, y el creer que uno puede crear un futuro mejor. Y sé de otras personas para quienes esto también ha sido muy difícil. Personas que espero que lean esto y sepan que no hay nada de malo en sentirse así, y -si es el caso- abandonar el camino. Yo quiero que esas personas sepan que no están solos, que hay quienes pensamos que estas locuras pueden ser normales, y que les vamos a dar la mano cuando haga falta. Porque tener el show de que todo está bien todo el tiempo, no es sano. No nos dejemos ganar por la angustia y la dificultad, pero tampoco pretendamos ser Superman, porque al final somos de carne y hueso. 

Yo espero que mucha gente sea exitosa emprendiendo. Simplemente sepan que esto toma sangre, sudor y lágrimas. Que gran parte del camino es duro, no un camino de rosas. Y que aunque uno lo camine y haga todo el esfuerzo, puede que no sea exitoso. Así que fallar aquí no es un motivo de vergüenza. Caminar a conciencia este camino es motivo de orgullo. Pero no nos creamos invencibles. Si necesitamos ayuda, estiremos la mano. Si creemos que alguien la necesita, ofrezcámosla. 

En este momento en Colombia (y en muchas otras partes) estamos apenas empezando a apoyar el emprendimiento de alto impacto. Y en ese proceso muchos se van a estrellar. De nosotros depende que los que fallen sean proyectos y empresas, no personas. Porque cuando se pierda una empresa o un proyecto se acaba un ciclo. Pero cuando se pierda una persona vamos a perder un universo. Y no nos podemos dar ese lujo.