Friday, February 4, 2011

A veces quisieramos estar equivocados

La última entrada del blog hablaba de la diferencia en un caso muy específico entre ser rico y ser pobre. Parte del objetivo de la entrada era presentar la absurda situación que vive nuestro país, donde dependiendo de la escala social a la cual pertenece el individuo se le da mayor o menor importancia en caso de una muerte violenta.

Pues resulta que hace unos días otros dos estudiantes fueron asesinados en otra parte de Córdoba y a esos asesinatos no se les ha dado el mismo cubrimiento que a los de Mateo Matamala y Margarita Gómez, es más, apenas han sido cubiertos. El cubrimiento principal -que yo he visto al menos- se les dió cuando el alcalde del pueblo en que fueron asesinados le preguntó al presidente si estos asesinatos iban a ser ignorados o se les iba dar el mismo trato que a los de los estudiantes de Los Andes. La respuesta del presidente? una recompensa de $100 millones de pesos (cerca de USD$60,000).

Asi que poco a poco podemos ir creando la tabla:

Si usted es un labriego, campesino o joven desempleado y lo asesinan y lo acusan de ser guerrillero: $5 millones (USD$3,000) -ver casos de los falsos positivos.
Si usted es un estudiante universitario de extracción humilde: $100 millones (USD$60,000)
Si usted es estudiante de una universidad privada y de élite: $500 millones (USD$300,000)

Que tristeza. A mi me gustaría estar equivocado y pensar que todo esto es una pesadilla. Que en realidad la vida es sagrada y que en este país aunque la justicia gatea, poco a poco llega. Pero no es cierto. Aqui la justicia y el apoyo del gobierno se mide por la importancia de su familia o el tamaño de su billetera. Hay que tener los ojos abiertos mientras uno quiere a este país donde a veces quisieramos estar tan equivocados....

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