Thursday, November 11, 2010

Nos robaron el trasteo!

Esta entrada debió haber sido escrita a finales de Junio, pero en ese momento estábamos demasiado ocupados y no había mucho tiempo para el blog. Pero como esta es la historia de nuestro proceso de retorno a Colombia, es un capítulo que hay que escribir.

Era el Viernes 25 de Junio. Ya habíamos organizado con el agente de aduanas (quién como parte del servicio nos entregaba la mercancía en la casa) que las cosas nos llegaban a primera hora del Sábado. Y entonces nos llamó la gerente de la empresa a contarnos que…. Hagamos un paréntesis. No todo el mundo sabe el proceso para traerse cosas a Colombia.

Cuando decidimos mudarnos de vuelta a Colombia decidimos que íbamos a traer relativamente poco. ¿Por qué? Porque traer un menaje de vuelta a Colombia (y más desde Australia) es absurdamente caro. Primero, la legislación Colombiana cobra una tarifa de casi el 30% (15% arancel y 14% IVA) sobre el valor del menaje. Adicionalmente existen reglas definidas pero relativamente arbitrarias (se pueden traer hasta 3 aires acondicionados, pero sólo un computador, o una máquina de escribir (¿en serio?), o un televisor) acerca de lo que puede o no traer el Colombiano que regresa. De manera ingenua pensé que querer volver a hacer algo por el país era una idea que ameritaba fomento por parte del Estado. Además se me había dicho que el gobierno tenía un plan para motivar el regreso de “cerebros fugados” a Colombia. Pero no. Aquí creen que si uno se devuelve lo que quiere es traerse cosas del exterior y meterlas sin pagar impuestos (seguro que habrá más de un “vivo” que lo hace, pero como aquí las reglas se hacen presumiendo que todos somos criminales) y no continuar con su vida desde el punto de vista material con relativa facilidad. Por otra parte, encontrar información clara en el exterior para volver es casi imposible. La información en los consulados no es clara, es incompleta y hasta contradictoria. Segundo, el flete es muy caro. Casi US$1,000 –por mar- por metro cúbico desde Australia,  donde una parte importante del flete parece ser el transporte Buenaventura (puerto en el pacífico)- Bogotá.  

Entonces, nos dedicamos a vender y/o regalar todo lo grande y escogimos únicamente aquello que tenía valor sentimental o que iba a servir el propósito de hacer la adaptación de las niñas más fácil. Recuerdos de viajes, libros, fotos, el cuarto de Emma, regalos recibidos, juguetes, etc. Si valía la pena venía en una de las 13 cajas. Si no, se quedó en Australia. Y así, después de una ayuda invaluable de nuestra amiga Glorita para tener todo empacado, el 20 de Marzo recogieron el trasteo en la casa en Sydney. Fecha estimada de llegada: finales de Mayo.

Las cosas efectivamente llegaron a Buenaventura a finales de Mayo. Allí fue necesario hacer la inspección y la nacionalización (esencialmente pagar el arancel) y la mercancía fue liberada de aduana el 20 de Junio. Como el 21 fue día de elecciones presidenciales, el agente de aduana prefirió –por razones de seguridad- esperar un par de días para transportarla. Y el 24 de Junio la mercancía partió con destino Bogotá, a donde debía llegar hacia el mediodía del 25. Y efectivamente llegó a Bogotá: el camión ingresó a la ciudad y un par de kilómetros después fue parado por personas con uniformes militares quienes bajaron al conductor y se llevaron el camión. Y con él todas nuestras pertenencias.

Aquí volvemos a la llamada de la gerente de la empresa. Era la tarde del Viernes y estábamos entrando a un centro comercial cuando suena mi teléfono y la gerente de la empresa nos comunica la noticia. ¿Nuestra reacción? Desconcierto primero, incredulidad y algo de rabia después y una sensación profunda de impotencia y tristeza. ¿A quién le interesa robarse nuestra ropa o la de nuestras hijas? ¿Dónde terminarán las fotos del matrimonio? ¿Qué irán a hacer con la cuna de las niñas? Etc. Adicionalmente, ¿será que van a utilizar los documentos para cometer delitos?  (Todos nuestros documentos venían en las cajas). Porque nosotros sólo queríamos venir a poner de nuestra parte; por eso me pregunto: ¿Alguien tiene idea porqué nos pasa esto a nosotros?

Tuesday, November 9, 2010

Burbujas


Todos vivimos en nuestras respectivas realidades. Elementos como la cultura, la educación y el medio ambiente tienden a homogeneizar dichas realidades entre individuos con antecedentes similares, pero pueden crear abismos a partir de pequeñas diferencias. De ahí que regímenes autoritarios inviertan tanto esfuerzo en aplastar disidentes; ellos crean las fisuras que muestran otras realidades a sus conciudadanos. Pero el propósito de hoy no es entrar en un tema tan amplio y tan álgido. El propósito es hablar un poco más de nuestra realidad viviendo el día a día que escogimos.

Como mencionaba en la entrada anterior (El abismo de la desilusión) en este momento nuestra realidad es poco agradable. Nuestro punto de vista está viciado por las experiencias vividas en el exterior, y, principalmente, por el hecho de habernos hecho padres en una cultura diferente, donde el respeto a los demás es pan de cada día y es entendido como base de funcionamiento de la sociedad. Y dado que podríamos argumentar que la paternidad es uno de los mayores cambios que se viven, nuestra realidad cambió en forma trascendental en Octubre del 2007. Por eso es tan difícil reconciliar la idea que traíamos de la sociedad colombiana con lo que nos encontramos. 

Lo que encontramos es que esta es una sociedad (como todas, pero en esta se magnifica) de muchas realidades. Pero lo complicado es que aquí la realidad de cada uno puede medirse en términos de burbujas. Cada persona mira el contenido de su burbuja y a partir de ella entiende el mundo. “Eso pasa en todas partes” dirán algunos; si, pero aquí la burbuja se convierte en una armadura que protege del ambiente; es más, no tienden a ser burbujas transparentes sino todo lo contrario: formas de encerrar mi mundo. Por eso, para mí Colombia no es un país de 40 millones de habitantes; es una región con 40 millones de burbujas. Cada cual tira hacia su lado, y sólo abrimos nuestra burbuja para dejar entrar a quienes queremos. Por eso es que los colombianos desconocidos son groseros, faltos de cultura, intolerantes. Pero apenas dejan de ser desconocidos (i.e. abren su burbuja) se convierten en personas cálidas, amables, interesantes y buenos amigos. Lo mejor que uno puede tener a su lado en un momento de dificultad es un colombiano amigo; lo peor que puede tener al frente es un colombiano desconocido.

Yo no quiero dejar que mi burbuja se obscurezca. Yo quiero seguir viendo que mis actos tienen consecuencias en otras personas; que de mis acciones dependen las reacciones que recibo; que así como hay quienes viven mejor que yo hay millones que viven mucho peor; que si todos hacemos las cosas mejor, todos vamos a vivir mejor. Que de tratar a los desconocidos con generosidad y respeto depende el crecimiento de una sociedad. Lo que no tengo claro en este momento es si voy a poder sobrevivir en esta cultura sin obscurecer mi burbuja. Y ese es un dilema que parte el alma. Pero lo que sé que si voy a seguir haciendo es aclarando burbujas, seguir ayudando a otros a ver un poco más allá de lo evidente. Y para eso tengo que aclarar más la mía lo que es un esfuerzo diario que debería dar respuesta a mi dilema.

¿Y usted, sabe que tan oscura es su burbuja?

Aquí dejo algunos ejemplos de burbujas. Espero que me colaboren con otros.
->“Este ha sido el mejor presidente de la historia. Antes los colombianos con finca no podíamos ir a ella. Y ahora si podemos”
-> Cuando alguien se monta en su carro en Bogotá. ¿Hay que decir más?
-> “Si no soy yo es otro”
-> “Y a mi que me importa. Igual, no lo conozco”